Esta receta fácil y rápida va dedicada a todos aquellos que recorremos los bosques en busca de este manjar y que al llegar a casa después de una “dura” jornada, tras repasar, limpiar y organizar lo recolectado no tenemos ganas de pasar mucho tiempo delante del fogón pero sí nos apetece probar ese manjar que hemos recogido cuando está fresco.
Pues bien aquí os dejo una sabrosa alternativa con la que deleitar el paladar.
Ingredientes:
• níscalos
• unos cuantos dientes de ajo (acorde a la cantidad de níscalos que vayamos a preparar)
• una ramitas de romero fresco
• aceite de oliva virgen extra
• sal gruesa o en escamas
• zumo de limón
Elaboración:
Limpiamos bien los níscalos, con suavidad, ayudándonos de un cepillo y un paño húmedo para quitarles los restos de tierra y hojarasca. Si están muy sucios, habrá que pasarlo por el chorro de agua y dejarlos secar en el escurridor.
Ponemos la plancha al fuego con un poco de aceite de oliva y cuando esté bien caliente colocamos los níscalos con las láminas hacia abajo. Cuando empiecen a tomar color les damos la vuelta y salamos.
En una sartén aparte habremos frito los dientes de ajo, pelados y fileteados, y les añadiremos casi al final unas hojas de romero fresco y unas gotas de zumo de limón.
Con esta salsa bañamos los níscalos hasta que estén bien asados.
Buen provecho.